Motovario

La Estatua de la Libertad creada por el francés Frédéric-Auguste Bartholdi, con la colaboración de Gustave Eiffel, se ha convertido en el símbolo actual de Nueva York y de todo Estados Unidos de América.

También llamada «La libertad que ilumina el mundo» es uno de los monumentos más importantes y conocidos internacionalmente.

 

Sin embargo, muchos no saben que la Estatua de la Libertad fue un verdadero regalo de Navidad.

Como muestra de amistad y para conmemorar la declaración de independencia que tuvo lugar aproximadamente un siglo antes, el 25 de diciembre del año 1885, los franceses entregaron al pueblo estadounidense dicho descomunal monumento.

La estatua, enviada en varios barcos y ensamblada directamente en territorio estadounidense, es considerado el regalo de Navidad más famoso y grande de la historia.

 

De hecho, gracias a sus impresionantes dimensiones, se puede ver a 40 kilómetros de Nueva York y por ello, la Estatua de la Libertad fue y sigue siendo hoy día, la primera imagen para cualquier viajero.

Para muchos, verla significó haber llegado por fin a un lugar donde poder empezar de nuevo o dar forma a sus sueños.

Por eso, no es solo el símbolo de una Nación y su ideal, sino de una tierra donde todos tienen la oportunidad de cumplir sus sueños y desarrollar sus capacidades personales.